El consumo eléctrico en el barrio de las Tres Mil Viviendas ha experimentado una caída del 40% tras las recientes redadas de la Policía Nacional, tal y como ha informado Diario de Sevilla. Un hecho que refuerza la relación entre los enganches ilegales y el sobreuso de la red eléctrica por las plantaciones de marihuana, que demandan una cantidad de energía similar a la de una industria. Desde el pasado miércoles, la Policía ha llevado a cabo dos grandes operativos en la zona, desmantelando al menos nueve cultivos, lo que se ha reflejado en las estadísticas de la compañía eléctrica Endesa.
Según fuentes de Endesa, los centros de transformación afectados por las sobrecargas derivadas de los cultivos de marihuana registran una demanda de energía mucho mayor a la que corresponde a los clientes con contratos vigentes. Uno de estos centros, con capacidad para 1400 clientes, solo tiene 250 contratos activos, pero su demanda se redujo en un 40% desde el 15 de octubre, cuando se eliminaron las conexiones ilegales relacionadas con las plantaciones. Estas instalaciones de cultivo interior pueden llegar a consumir la misma energía que 80 viviendas. Jaime Bretón, comisionado del Polígono Sur, comentó en una entrevista con Canal Sur Radio que un directivo de Endesa le confirmó que la caída en el consumo fue «espectacular». Además, señaló que no solo las intervenciones policiales han influido, sino que algunas personas dedicadas a estos cultivos habrían cesado su actividad por miedo a futuras redadas.
Riesgo de incendios
Bretón también explicó que los «enganches ilegales» a los centros de transformación representan un riesgo significativo, ya que podrían provocar incendios, algo que ya ha sucedido en el pasado. Este problema también afecta a los residentes normales de la zona, quienes sufren frecuentes cortes de luz. Sin embargo, gracias a la cercanía de los bomberos, las respuestas ante estas situaciones han sido rápidas.
En cuanto a la seguridad ciudadana, Bretón destacó que es crucial para garantizar que las políticas sociales tengan éxito y no se desmoronen, subrayando la necesidad de reformar el Código Penal para endurecer las penas por este tipo de actividades, ya que las plantaciones de marihuana requieren pocos recursos y actualmente están poco castigadas. También insistió en la importancia de dotar la zona con equipamientos públicos para fomentar su desarrollo, como se ha hecho en otras áreas de la ciudad.
El narcotraficante, un «competidor muy fuerte»
El comisionado señaló que la lucha contra este tipo de actividades es especialmente difícil debido a que los narcotraficantes son «un competidor muy fuerte, con muchos recursos y dinero», lo que hace que los esfuerzos de formación e inserción laboral, como los de la Fundación Don Bosco, no siempre encuentren demanda. Las personas ven cómo sus conocidos pueden ganar grandes sumas de dinero sin apenas esfuerzo, lo que desalienta la búsqueda de empleos legales.
Finalmente, Bretón resaltó que en el Polígono Sur se ejecutan más proyectos sociales que en cualquier otra parte de España, con la Fundación La Caixa invirtiendo 1,2 millones de euros en distintos programas en la zona. Sin embargo, lamentó que «la droga lo arruina todo». Además, reiteró que las plantaciones de marihuana son una actividad ilícita que se extiende como «una mancha de aceite» debido a su facilidad de instalación y las pocas consecuencias legales. La Policía, además, debe demostrar que los implicados forman parte de una organización criminal para que reciban un castigo más severo, lo que complica la situación.
Respecto a la demolición de los bloques vacíos que son propiedad de la Junta de Andalucía, Bretón recordó que desde su oficina se ha propuesto derribar estos edificios para reubicar a las familias que llevan una vida normal y que actualmente conviven con viviendas dedicadas al cultivo de marihuana. Asimismo, se pretende utilizar esos terrenos para equipamientos deportivos o zonas verdes, aunque esto se plantea como una solución a medio o largo plazo.