En el distrito de la Macarena, barrio del Doctor Barraquer y entre la calle Avenzoar y la calle Maimónides se encuentra esta vía de CP 41009 y rotulada así en honor del médico y científico andalusí Abulcasis o Albucasis (936/40-1009/1013), considerado como el “padre de la cirugía moderna”, probablemente, el mejor cirujano de la Edad Media y el primero en escribir una obra médica dotada de carácter integrador. Aunque los datos que se poseen sobre su biografía no son muy fiables, es muy poco lo que sabemos de su vida y familia más allá de lo que él mismo nos cuenta, es tal la importancia de sus obras que su nombre resulta imprescindible a la hora de hablar de medicina. En su momento sus métodos llegaron a eclipsar a los del mismo Claudio Galeno (129-201/216) y mantuvieron una posición dominante en la medicina europea durante cinco siglos.
Curiosamente, a pesar de no ser un científico conocido, Abulcasis apareció mencionado en una de las preguntas del programa cultural ‘Saber y ganar’, un concurso con el objetivo de divulgar la cultura de una forma amena, objetivo que consigue sin duda alguna, presentado además por el inefable Jordi Hurtado.
Abulcasis, médico y divulgador
Animado por su profundo afán de conocimiento realizó una serie de viajes encaminados a conocer qué y cómo se ejercitaba la cirugía en otros lugares del mundo como Arabia, Jerusalén, Bagdad, Constantinopla, Creta, Atenas, Roma o Nápoles. Muchos de ellos los más avanzados de la época y centros de saber donde ejercían prestigiosos médicos con los que intercambia saberes. Incluso, con motivo de un viaje a la Meca, realiza diferentes visitas a Toledo donde hace acopio de material quirúrgico, en esa época “Toledo y acero eran sinónimos”. Ya en su vejez mantiene charlas con Avicena y una de sus frases refleja a la perfección su visión acerca de la naturaleza su saber: “…estos encuentros me confirman la idea de que no existe adelanto médico o quirúrgico que no sea avalado tras contrastarse por diferentes sabios”. Sus conocimientos bebían de distintas fuentes, de un lado, la tradición greco-romana y, de otro, los conocimientos del próximo oriente. Ni que decir que tan diversas influencias le permitieron tener una visión de la curación muy avanzada a la de sus coetáneos, introduciendo infinidad de procedimientos, utensilios y materiales para la práctica clínica.
Un médico pionero
Abulcasis dedicó toda su vida al avance de la medicina en general y de la cirugía en particular, su labor en ellas fue muy fecunda y, en no pocos de los casos, toda una avanzadilla. Y así, fue el primer médico en identificar la naturaleza hereditaria de la hemofilia; en describir el embarazo abdominal, un subtipo de embarazo ectópico que antiguamente era mortal; o en descubrir la causa principal de la parálisis. Es también pionero en neurocirugía y el diagnóstico neurológico, conocido por realizar tratamientos quirúrgicos en heridas en la cabeza, fracturas craneales, lesiones medulares, hidrocefalias, derrames subdurales y cefaleas, y autor de la primera descripción clínica de un tratamiento operativo de hidrocefalia, en concreto la evacuación del fluido superficial intracraneal en niños con dicha enfermedad.
Asimismo fue el primero en trocear cálculos renales, en idear la ligadura de vasos sanguíneos, en perfeccionar el reimplante dental usando hilo de oro para su sujeción, o en emplear el hilo de seda en las suturas; así como en el tratamiento de la verruga con un tubo de hierro, el uso del metal cáustico como instrumento de perforación y el del vendaje y curas impregnadas en vino. Suya es la primera técnica conocida de mamoplastia para reducción del tamaño de los pechos, de litiasis biliares o de extracción de las cataratas, sin olvidar que fue un reputado especialista en la cura por cauterización. Destacó en las técnicas de litotomía, posición ginecológica o supina de la mujer embarazada tumbada en una cama sobre su espalda. A Albucasis debemos también el método de reducción de luxación de hombro, posteriormente desarrollado y universalmente conocido en el siglo XIX por el médico suizo Emile Theodor Kocher (1841-1917) galardonado con el Premio Nobel de Medicina en 1909. Lo que se dice un gran innovador de las artes médicas.
Un médico inventor
Una faceta ésta a no minusvalorar, si atendemos a su notable valor cualitativo y cuantitativo pues llegó a desarrollar más de doscientos 8200) nuevos instrumentos y materiales quirúrgicos, algunos de ellos con la importancia de los utilizados para la inspección del interior de la uretra, retirar cuerpos extraños de garganta, oído y otros órganos o las operaciones de cesárea y cataratas entre otras muchas. Entre sus “inventos”, algunos de los cuales siguen estando en uso, se cuentan. La venda adhesiva y el yeso, predecesores de las actuales escayola y venda adhesiva; el yeso para las fracturas se convirtió en una práctica estándar de los físicos árabes que, sin embargo, no fue adoptada en Europa hasta el siglo XIX. Desde el punto de vista químico el yeso es sulfato de calcio hemihidrato (CaSO4·½H2O), obtenido mediante deshidratación a partir de un mineral denominado igualmente yeso, sulfato de calcio dihidrato CaSO4·2H2O). Y la escayola un yeso de alta calidad y grano muy fino, con pureza > 80% ensulfato de calcio hemihidratado (CaSO4·½H2O). (Continuará)