El término «intermitente» describe perfectamente la forma de vida de numerosos vecinos del Polígono Sur de Sevilla, un barrio situado geográficamente cerca del centro turístico, pero distante en servicios básicos. Estos residentes enfrentan desde hace años una problemática que se ha convertido en una lacra: los continuos apagones eléctricos que los obligan a vivir bajo una precariedad energética insostenible.
Para muchos vecinos, estos apagones representan un “agujero negro” del que sienten que nunca podrán salir. Aunque las instituciones y empresas eléctricas han prometido soluciones, lo cierto es que la realidad sigue siendo desoladora. Los vecinos denuncian la burocracia, los términos técnicos y las responsabilidades compartidas que impiden avanzar en una solución definitiva.
Hace más de un año, se planteó la realización de una auditoría independiente para analizar la frecuencia y las causas de estos cortes de luz. Sin embargo, las promesas parecen haber quedado en el aire. Mientras tanto, los afectados han tomado la iniciativa de recopilar sus propios datos, demostrando un compromiso incuestionable con la lucha por sus derechos.
Los números que ilustran la precariedad
En los últimos seis meses, se han registrado un total de 1964 incidencias, lo que supone una media de 10,67 apagones diarios. Los meses más críticos fueron julio y agosto, con 445 y 429 cortes, respectivamente. Los apagones se concentran mayoritariamente en tres centros de transformación eléctrica: Mago de Oz, con 655 incidencias; Reina de la Paz, con 398 incidencias y Estrella del Mar, con 262 incidencias. Estas cifras reflejan el deterioro del servicio eléctrico en la zona, con más de siete fallos diarios registrados en estos tres puntos.
Tras cada número de incidencia hay historias de sufrimiento. Familias que no pueden conservar alimentos, personas que pasan noches enteras esperando que se restablezca la luz, o vecinos que lidian con problemas de salud agravados por la falta de electricidad. Durante el verano, los apagones también provocaron problemas de acceso al agua en algunos hogares, dejando a personas mayores y dependientes en una situación límite.
La comparación con otros barrios de la ciudad es inevitable. Mientras que zonas turísticas y comerciales cuentan con un suministro estable, en el Polígono Sur los apagones son el pan de cada día.
La palabra “intermitente” no solo describe la realidad de los vecinos, sino que también actúa como un aviso. Los residentes del Polígono Sur están pidiendo un cambio urgente, una rectificación de rumbo por parte de quienes tienen el poder de solucionar este problema. Aunque la resignación podría parecer el camino más fácil, estos vecinos continúan alzando la voz en busca de justicia.