El antiguo tranvía de Sevilla fue una pieza clave en la historia del transporte público de la ciudad, funcionando desde finales del siglo XIX hasta 1965. Este sistema de transporte marcó un antes y un después en la movilidad urbana, conectando barrios, facilitando el comercio y transformando el paisaje de la ciudad.

Orígenes del tranvía sevillano

El tranvía se inauguró en 1887 como un sistema de tracción animal, con carros tirados por mulas. La primera línea conectaba la Puerta de Jerez con el barrio de Triana, cruzando el icónico puente de Isabel II (el puente de Triana). En poco tiempo, la red se expandió por la ciudad, añadiendo líneas hacia San Bernardo, la Alameda de Hércules, y otras áreas importantes.

La electrificación y la modernización

A partir de 1899, el sistema comenzó a electrificarse, convirtiéndose en uno de los más modernos de España en su tiempo. Para 1901, la mayor parte de las líneas funcionaban con tranvías eléctricos, lo que mejoró la velocidad y la capacidad del servicio. Este avance permitió una expansión más ambiciosa, llegando a conectar Sevilla con localidades como Camas, San Juan de Aznalfarache, Coria, Gelves y La Puebla del Río.

Características del tranvía

Los tranvías eran vehículos robustos y eficaces, diseñados para soportar el intenso calor sevillano. Las primeras unidades eléctricas, fabricadas en gran parte por compañías locales, destacaban por sus diseños clásicos, con techos altos y bancos de madera.

El antiguo tranvía de Sevilla recorría lugares emblemáticos, como la Avenida de la Constitución, la Plaza Nueva y la Ronda Histórica. En las primeras décadas del siglo XX, este medio de transporte era esencial para los trabajadores y estudiantes, pero también era popular entre los turistas que visitaban la ciudad.

El declive y el cierre en 1965

Tras la Guerra Civil, el tranvía experimentó dificultades económicas y técnicas. Durante los años 50, la aparición de autobuses y automóviles privados empezó a restarle usuarios. Además, las vías y los vehículos comenzaron a deteriorarse debido a la falta de mantenimiento y a los limitados recursos financieros.

Finalmente, en 1965, el sistema de tranvías dejó de funcionar de manera definitiva. Las autoridades de la época decidieron apostar por los autobuses como la alternativa moderna y flexible para el transporte público.

Legado y nostalgia

Aunque desapareció hace casi 60 años, el tranvía sigue siendo un símbolo nostálgico para muchos sevillanos. Algunas de sus antiguas rutas coinciden con los trazados actuales de la red de autobuses urbanos, y todavía se conservan fotos y relatos que recuerdan su importancia.

En la actualidad, Sevilla ha recuperado el uso del tranvía, aunque en un formato mucho más reducido: el Metrocentro, inaugurado en 2007, conecta la zona de Nervión con la Plaza Nueva, siguiendo parte del trazado histórico. Este moderno tranvía eléctrico rinde homenaje a aquel sistema que marcó una era en la historia de la ciudad.