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Un amigo -llamado Lamine– y compañero del vendedor ambulante fallecido ahogado el pasado domingo en el Guadalquivir ha querido señalar a los agentes como «culpables» de los acontecimientos. Explica según su opinión que la actuación de la policía local contra este tipo de vendedores ambulantes callejeros se sostiene de forma habitual con «prejuicios racistas».
Lamine, lamenta la muerte de su compañero y amigo. Según fuentes del Ayuntamiento se arrojó al río en «gran estado de nerviosismo» tras huir de la Policía Local. El varón se lanzaría al agua pese a los intentos de disuasión por parte de los agentes. Estos, se arrojaron al río al ver que era incapaz de flotar.
Lamine también expresó su protesta por la situación de los vendedores callejeros. Reclama que él mismo ha sido «víctima de agresiones» en el marco de actuación policial. «Me han tratado como un animal», afirma insistiendo en el trato «racista y vergonzoso» que la Policía da a él y a sus compañeros cuando ejercen la venta de productos.
Los disturbios en la Jefatura de «La Ranilla»
Además expuso que por la noche el grupo de familiares acudió a la sede de la Jefatura de la Policía Local con intención de «hablar». Sin embargo, según Lamine «nadie» les atendió.
Según la versión policial, este grupo rompió cristaleras, llegando al primer control de acceso del recinto policial. Finalmente fueron frenados por los efectivos movilizados ante la situación. Uno de los integrantes del grupo fue detenido por presuntos delitos de atentado a la autoridad y desórdenes públicos.
Por el contrario, Lamine niega que estas personas tengan alguna relación con el supuesto incendio de contenedores de basura y vehículos en las inmediaciones sede policial. «Ellos saben qué es lo que pasa», ha dicho en alusión a los agentes de la Policía Local. «Siempre discriminan a los negros».