Javier Guerrero, exdirector general de Trabajo de la Junta, ha modificado este lunes su versión en el juicio a la pieza política del caso de los ERE, frente a la que prestó en 2011 y 2012, sobre las que ha dicho que «en ese momento tenía mucha presión mediática y Policía para declarar».
El cambio en el testimonio de Guerrero ha marcado una nueva sesión de la vista a la pieza política del caso de los ERE, que sienta en el banquillo a 22 exaltos cargos de la Junta, los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán entre ellos, que este lunes se ha reanudado con el interrogatorio a los acusados, que Guerrero ha abierto.
El exdirector general de Trabajo anunciaba esta mañana que solo respondería a las cuestiones planteadas por su abogado, ante lo que la Fiscalía ha pedido la lectura de sus declaraciones ante los cuerpo de seguridad del Estado entre 2011 y 2012, cuando tenía lugar la investigación judicial. Guerrero declaró entonces que no conocía que entre los ERE subvencionados por la Junta aparecían «intrusos», es decir, personas que nunca habían tenido relación laboral con las empresas en las que entonces se prejubilaban, apuntando hacia arriba al señalar que «solo aplicó el sistema que sus superiores le impusieron». Guerrero afirmó entonces que el que fuera viceconsejero de empleo y presidente del IFA Antonio Fernández le comunicó desde 2001 que a partir de entonces las ayudas sociolaborales que el departamento de Guerrero gestionaba se concederían de acuerdo con el convenio entre el consejero de Empleo, José Antonio Vieira, e IFA, para «evitar reticencias en la Intervención, pero no controles». Guerrero dijo que el sistema «no le parecía adecuado», y que mandó regularlo mediante órdenes y decretos que «no pasaron de borradores» por no superar «el filtro de los consejillos», esto es, las reuniones de los viceconsejeros. Guerrero defendió ante las autoridades que aunque no pedía autorización para conceder las ayudas sí daba cuenta de las actuaciones del departamento y estas estaban en conocimiento del Consejo de Gobierno, así como que tenía «constancia» de como tras el escándalo del caso Mercasevilla se habían «destruido documentos».
Guerrero ha rechazado este lunes ratificar sus antiguas declaraciones ya que «en aquellos momentos tenía una presión tremenda tanto mediática como de la Policía para que declarara y además entiendo que no se recoge exactamente lo que dije». La defensa del exdirector de Trabajo ha protestado por esta lectura. Una vez termine tras el receso la lectura de sus anteriores declaraciones el interrogatorio a Javier Guerrero dará comienzo a cargo de su abogado.